miércoles, 23 de abril de 2008

Un toro que salió de un sentimiento

Tantas veces nos vemos en la necesidad de crear una figura por un sentimiento interno, algo inexplicable. Algo que lo lleva a uno, algo fuerte o débil, pero que llama. De un algo así surgió este toro. Es un animal fuerte, ante todo, que puede llegar a soportar todo tipo de dificultades. Es impresionante como luchan contra los tauricidas, por más de estar drogados, hambrientos y exhaustos. Al ver esta fuerza, que en el fondo no se sustenta más que con voluntad y ganas de vivir, me encontré buscando un toro. Yo quería un toro grande, uno que pareciera invencible.

Necesitaba un cuerpo grande, cuernos de alto calibre y gran expresividad. Pedía mucho para mis capacidades, en ese momento. Estuve mucho tiempo en esa búsqueda, usé una base que me enseñaron en mis primeros pasos como diseñador. Pero en vez de ser un toro, todos exclamaban en un gesto de compadecimiento: "Tan bonito tu perro!"
Entonces mude de idea. Mas aun sin llegar a un resultado satisfactorio, obtuve un toro. Un toro poco expresivo, con dobleces no muy definidos, con dos puntas en la cabeza que no se usaban. Pero ah! que deleite tenerlo en mis manos, me sentía completo, me sentía tranquilo, me sentía feliz.
Rozó por mi cabeza la idea de publicar, por fortuna no lo hice. Fue entonces cuando lo dejé de lado, acostumbro a guardar modelos por si algún día llego a algo mejor.

En enero, sin intención, surgió una cabeza. Que fue tomando forma y se convirtió en cabeza de toro. Seguí trabajando, dandole cuerpo. Afortunadamente encontré el papel suficiente para producir las características de lo que quería. Al fin llegué al toro, a mi toro. No pido más de él.

Hoy me encuentro en una lucha, por una meta. Una meta requiere muchos sacrificios, he crecido mucho por el camino y me queda mucho por recorrer. Parte de esos sacrificios ha sido el tiempo. Ya no tengo tiempo, ya no tengo origami. Pero es necesario, me he apartado del mundo en general y me he acercado un poco más al conocimiento. Nada me obliga, sino mis deseos. Sigue siendo egoísta, pero tiene un fin altruista.

Bueno, dejo un pedacito de historia en internet. Hasta cuando como pueda llegue a ustedes...

Mateo